jueves, 29 de septiembre de 2011

CUÉNTAME UN CUENTO


UN CUENTO CON MUCHO "TICS"

María llevaba una vida dificil. Era bajita y regordeta, con pelo corto y muy negro, de ojos risueños y brillantes caminaba con gracia, sonriendo
al compás de sus caderas gráciles y fortachonas.
Hace muchos años, empezó a estudiar para bibliotecaria, pero no pudo acabar. Sus tics fónicos eran tan escandalosos y excéntricos, que el
decano de la universidad, la echó, alegando que, en una biblioteca, con esos ruidos, no la querría nadie, que si fueran tics “normales” vale,
pero que gruñir y ladrar no eran adecuados para una bibliotecaria seria.
Así que, en vez de trabajar de día en la biblioteca, trabajaba en ella de noche…limpiando.
De todas maneras, nunca perdió la ilusión y como le encantaba leer, después de sus sesiones de mocho y escoba, se sentaba durante horas, y
empezaba a adentrarse en un mundo de aventuras e ilusiones.
Un día, la llamaron para que fuera a sustituir a su compañera del turno de día. Al llegar, recordó que era el día del libro y que por eso había
muchos colegios rondando por allí.
Empezó a trabajar, y a pesar de que intentaba controlar sus tics, cada vez tenía más ganas de hacerlos… hasta que una voz desesperada interrumpió
sus pensamientos. Era una de las maestras, que necesitaba que controlara unos minutos a su clase, ya que le había salido un contra-
tiempo y María aunque un poco asustada, aceptó.
¡Cuéntanos un cuento! – Gritaron los niños exasperados-
¡Cuéntanos un cuento! ¡Nos dijeron que nos iban a contar un cuento!
María tenía dos opciones, salir corriendo o quedarse allí a explicarles una historia, así que optó por la segunda, tomó aire y empezó a explicar
una de las muchas historias que hasta ahora la habían acompañado en sus noches de biblioteca con una dulzura y pasión excepcionales.
Fue todo un éxito.
Desde ese entonces, María, cambió su profesión, a la de cuenta cuentos, y era famosa justamente por recrear perfectamente y de forma
inexplicable, todos los ruidos posibles, sobre todo los gruñidos y los ladridos.

Ruth de la Rosa. (Psicóloga)

Cuento copiado de Newsletter_9 de APTT del mes de agosto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una historia preciosa, una niña preciosa¡¡¡ Un beso